Si cada vez que intentas que tus hijos coman fruta parece una escena de acción (“¡solo una mordisquito, por favor!” ), este post es para ti.
En Frutería Silvestre sabemos que conseguir que los peques se enamoren de la fruta puede ser más difícil que pelar un mango sin pringarte.

Pero tranquilo: con un poco de creatividad (y algunos trucos silvestres), puedes convertir la fruta en su nuevo snack favorito.

Conviértela en un juego (no en una orden). Si dices “come fruta”, suena a tarea. Pero si dices “¿quién se come primero el plátano mágico?”, la historia cambia.

Los niños aprenden jugando, así que haz que la fruta sea divertida:

– Corta las frutas con moldes de galletas (estrellas, corazones, dinosaurios).
–  Haz “caras” en el plato con plátano, kiwi y fresas.
-Crea brochetas de colores: un arcoíris comestible que llama la atención.

Tip Silvestre: nombra cada brocheta con algo divertido: “la varita de energía”, “el sable frutal” o “el cohete de vitaminas”.

 Transforma la fruta en batidos o helados caseros A veces el problema no es el sabor, sino la textura. Convierte la fruta en smoothies, batidos o helados naturales y verás cómo desaparece en segundos. Por ejemplo:

-Batido de plátano y leche (cremoso y dulce sin azúcar).
-Smoothie de fresa, yogur y avena.
-Heladitos caseros de mango o sandía (solo licúa, vierte en moldes y congela).

Truco deja que ellos elijan las frutas y ayuden a prepararlas. Si sienten que “lo hicieron ellos”, ¡se lo comen con orgullo!

La fruta, a la vista (y a su alcance) No esperes que los niños pidan fruta si solo ven galletas o snacks en la despensa.
Haz que la fruta sea la opción fácil:Ten una fuente colorida en la mesa,guarda trozos ya cortados en la nevera, listos para picar o usa envases pequeños con frutas variadas para llevar al cole o al parque.

Predica con el ejemplo. Los niños copian TODO (sí, incluso cómo miras el móvil mientras comes ). Si te ven disfrutar de la fruta, ellos también la verán como algo bueno, no como “el castigo saludable”.Come fruta con ellos, hazlo parte de la rutina familiar, no del discurso de “porque es buena para ti”.

Usa la fruta como ingrediente sorpresa. A veces solo hay que camuflarla un poco.

No se trata de engañar, sino de integrar: Añade plátano a los pancakes, mezcla trocitos de manzana en el yogur o haz mini pizzas dulces con base de galleta, crema de yogur y fruta fresca por encima.Cuando la fruta se mezcla con cosas que ya les gustan, se vuelve más atractiva.

No prohíbas, equilibra El truco no es eliminar el dulce, sino hacer que la fruta compita en igualdad de condiciones.
Hazla parte del postre o la merienda sin imponerla.
Por ejemplo: “Hoy toca yogur con chocolate y fresas” o“galletas caseras de avena con

Con un poco de imaginación, los peques pueden pasar de decir “¡puaj, kiwi!” a “¿hay más de eso verde?”.

En Frutería Silvestre creemos que comer fruta no debería ser una batalla, sino una aventura deliciosa.
Así que ya sabes: convierte la fruta en juego, color y sabor… y deja que la magia natural haga el resto.